viernes, 19 de agosto de 2011

Cirujía al corazón

Por fín llegó el día.

Por fin las ausencias cobraron duro en mí y me sentí vacío... con algunos sueños inconclusos y un cansancio de tanta paciencia.

Aquel tan odiado sentimiento de soledad se me acercó al oido y me dijo fuerte "al final los sueños... sueños son" y le reconocí desde lo más hondo de mis pensamientos.

Miré a mi alrededor y ya no supe como había llegado hasta ahí y si merecía la ausencia de mis personas favoritas.

Sin más qué hacer, solo sé que conservo de mí el no huir de las situaciones... Ni la alegría de que el proyecto ya dé sus primeros pasos, ni la conclusión de la carrera ni la recuperación de papá me hizo sentir un poco mejor. Pero ni lo terrible que se pronostica el trabajo, ni la acidez de las amistades ni mi vacío existencial me hizo sentir peor. Creo que hay rivalidades que aun sobreviven.

El desánimo vendrá a mi vida las veces que quiera y yo estaré siempre a contrarreloj para enfrentarlo, superarlo y recordarle que a diario hay un porqué y para qué ser el mismo.

Y así termino el día, pensando que el esfuerzo ha tenido sus recompensas, si bien mis sueños inconclusos bañan mi mirada de melancolía, las horas compartidas con las personas queridas dan luz a mis ojos desde el alma y me permiten la paz...

Recordar que no es casual coincidir con mis personas favoritas y aún llevarlas en el corazón y reconocer que aún ellas me conservan en el suyo, hasta que tranquilo puedo sonreír y seguir el día.

La gratitud es parte de mi éxito y la soledad mi más fría derrota, pero mis sueños, son mi arma y las personas mezcladas en ellos mi recompensa.

PD: Reflejarme tan nítidamente en los ojos de una casi desconocida no tiene precio y entiendo más que la amiga en común insista en el tema...

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