sábado, 1 de agosto de 2009

Todos nos ablandamos alguna vez..

Como pasa de vez en cuando...

Encontramos una sonrisa que nos deja perplejos y alegres, compartimos parte de lo cotidiano, risas, tristezas, esos momentos inherentes a la condición humana... nos buscamos con la mirada... nos divertimos mientras pasa un día, otro día, la semana, un mes... tiempo... situaciones.

Nos encariñamos y sin saber de la otra persona le tomamos un aprecio inequívoco. Advertimos lo que sucede, lo pensamos, lo ideamos, lo admiramos y de pronto caemos en la cuenta de que sin querer o queriendo hemos puesto en aquella sonrisa un poco de poder, un poder que hace desvanecer las molestias, las apatías, los corajes y hace que nazca un sentimiento de paz y un poco de locura...

Componemos lo que pasa, le damos su justa importancia... le comenzamos a tener en verdad en cuenta, le pensamos y ese momento de pensarle se prolonga en su ausencia y hasta la puesta del sol se nos hace lenta...

Es brillante, lo que comenzó con una broma, una burla, una mirada, un murmullo, un saludo, una pequeña coincidencia se sigue con una charla, una comida, un cena... un pensamiento, unas miradas, un beso, un mensaje, un abrazo, talvez un amable descuido.

Y la chispa que te permite pensar en algo mas (si, hay mas) se enciende... y sabes que es dificil encontrar el momento menos inoportuno para ser un poco mas mortal y poner las cartas sobre la mesa. El momento crucial aparece y en ocasiones simplemente algo pasa que no, las cosas no se dan para los dos... Y fuera, al morir la tarde sabes que los buenos momentos, las sonrisas, las afinidades y demás seguirán (vaya que siguen) pero sabes que en adelante el camino de los dos no rebasará cierta línea.

A veces uno se aferra a intentar en traspasar esa línea divisora, a hacer como que no existe. Incluso jugamos a volvernos un desconocido, o ponemos tierra o tiempo de por medio, alucinando en que al volver, sea una chispa que logre lo que tantas cosas no, dar ese paso mas allá con ese empujón que podría provocar la ausencia. Rompemos bruscamente lo cotidiano para que al reconocerse despues de un tiempo... las miradas logren encajar en algo mejor, menos voluble, mas complicado pero que promete una alegria de calidad...

Al menos ya sabes lo que se piensa, y aunque hemos negado cosas, ideado otras, planteado cosas definitivas y concluido el asunto... Sé, que es solo un tiempo o una situación la culpable de seguir asi, dare tiempo al tiempo amiga porque tarde o temprano iré de nuevo contigo e intentaré, pues te he dado ese poder... en tu mirada, en tu sonrisa... de sentirme así un feliz mortal.

Bueno, a veces también me ablando y dejo que el miedo o el desánimo se pongan en mi contra... pondré mientras una pausa con el trabajo, las vacaciones, otras amistades que no compartimos, emprenderé otras ideas y en las noches solamente dormiré... será un poco divertido...

Luego y con ánimos vuelva a escribirte, a hablar tan así, a esforzarme, a mejorar...

Y cambiando un poco la versión de las cosas... les dejo esta rola